El consenso político permitirá invertir 500.000 € para rehabilitar las partes más dañadas y crear espacios de usos vecinales.
«No se trata tanto de recuperar lo que fue como de rehabilitar lo que hay», explica Narciso Samaniego, presidente de la asociación de vecinos de Santa Fe. Se refiere al monasterio cisterciense ubicado entre Cadrete y Cuarte, que después de muchos años de amenazar ruina y ser objeto de todo tipo de olvidos parece albergar una pequeña esperanza.
En pocos día se presentará a la Diputación de Zaragoza -para incluirla el convenio de inversiones que el Ayuntamiento de Zaragoza tiene para los barrios rurales- la propuesta de consolidar el cenobio y consagrarlo a actividades culturales. El monasterio, cuya iglesia corre el riesgo de derrumbarse, depende administrativamente del término municipal de Zaragoza y la junta de distrito de Casablanca, que preside Leticia Crespo (CHA), abandera una iniciativa que parece que contará con el consenso de todos los grupos. No en vano, el PP gobierna en Cadrete, el PAR lo hace en Cuarte, CHA en el distrito de Casablanca y el PSOE en el Consistorio zaragozano. Además, uno de los históricos escollos eran las reticencias de los propietarios, dado que el monasterio está en manos privadas, pero parece que la idea también convence a los dueños de un edificio declarado Monumento histórico artístico nacional en 1979.
Bizén Fuster, portavoz de CHA en el Ayuntamiento de Cuarte, destaca que el monasterio cisterciense, cuyo origen se remonta al siglo XIV; «cuenta también con elementos declarados Bien de Interés Cultural» y apuesta por «acometer su restauración para que pueda ser un espacio cultural vivo». Así, los nacionalistas llevaron ayer al pleno de Cuarte y Cadrete una moción -que fue aprobada- por la que solicitan a la DPZ que dedique parte de 6 millones del convenio firmado con el Consistorio zaragozano a recuperar y conservar el cenobio. Concretamente se han cifrado en 500.000 euros los que se precisarían para una actuación ´low cost’ que permitiría recuperar para el uso público ciertas estancias. «Es una actuación novedosa, inspirada en lo que se hace en algunas ciudades europeas, que no pretende dejar el monasterio como estaba hace 200 años sino dotar de vida a lo que aún sigue en pie», explicaba ayer Samaniego.
La propuesta cuenta también con el apoyo de la asociación cultural Amigos del Monasterio -que preside Carmen Morte- y de innumerables vecino de las localidades cercanas que expresan sus inquietudes en blogs tan significativos como ‘Si el abad de Santa Fe levantara la cabeza’. También desde Apudepa destacan la oportunidad -aún en momentos de crisis- y apuntan que no puede perderse la decoración interior de yeserías y la puerta de ladrillo en arco de medio punto, que tiene una cartela que fecha la construcción en 1797. Los vecinos recuerdan, asimismo, que la última intervención en el monasterio data de 1981, cuando se consolidó la torre de la iglesia para que no se venciera. Sin embargo, tres décadas después, ésta continúa siendo uno de los elementos que más preocupan y por ello, una y otra vez, se habían solicitado medidas urgentes y el diseño un plan director que afectara a todo el conjunto monacal.»
Heraldo de Aragón. Christian Peribáñez, 3 de mayo de 2012