Santa Fe, el monasterio descuartizado

|

Mientras sale a la venta una vivienda en la portería del cenobio, un documental descubre el paradero de algunas de sus obras

La portería del monasterio de Santa Fe es Bien de Interés Cultural desde 1979. En 2017 ingresó en la Lista Roja del Patrimonio. Oliver Duch

El anuncio de la página web Idealista dice: «Monasterio de Santa Fe. Única y exclusiva vivienda para reformar, de gran valor arquitectónico. Posibilidad de hacer tres pisos independientes o una sola vivienda de tres plantas». Son 340 metros cuadrados útiles, con seis habitaciones y tres baños, y se piden por ellos 66.000 euros. La vivienda está en la portería del antiguo cenobio, declarada Monumento Histórico Artístico en 1979 (hoy, Bien de Interés Cultural) y su salida a la venta viene a subrayar que el monasterio, entre Cadrete y Cuarte, pero en el término municipal de Zaragoza, es un edificio descuartizado. En el interior del recinto monacal hay actualmente una veintena de viviendas, cada una con su dueño. La declaración de BIC solo afecta a la portería (dos propietarios) y a la iglesia (otros dos). La DGA se negó hace un tiempo a ampliar la declaración.

«Lo que necesita el monasterio de Santa Fe es un plan especial de ordenación urbana, como se hizo en su momento en La Cartuja Baja –señala Santiago Ruiz de Temiño, presidente de la Asociación Cultural Monasterio de Santa Fe, que desde 2008 trabaja activamente en la recuperación del conjunto–. No queremos echar a nadie de su casa, pero sí que las administraciones se impliquen en la restauración de lo que ha llegado a nuestros días. Que se ponga en valor. Porque es un patrimonio que lo merece».

La asociación, que en los últimos años ha emprendido numerosas acciones reivindicativas y divulgativas, vislumbra desde hace un par de años que la mejor solución para conseguir la recuperación es crear una fundación («sería el mejor ropaje jurídico posible», subraya Ruiz de Temiño) en la que se integren los ayuntamientos de Zaragoza, Cuarte y Cadrete, la DGA, la propia asociación y los propietarios. Serviría para establecer un marco urbanístico y apostar por la restauración. La DGA, con competencias en Patrimonio, se ha mostrado renuente a intervenir en las zonas BIC, alegando que son de propiedad privada. De momento, el plan de ordenación urbana parece tarea improrrogable.

En cuanto al patrimonio mueble, el de Santa Fe es también un monasterio descuartizado. La dispersión de las obras de arte y objetos de culto tras las desamortizaciones fue total, y solo los esfuerzos de la asociación han servido para localizar algunos de ellos. Héctor Giménez (que le dedicó un libro al monasterio hace cuatro años) y Santiago Ruiz de Temiño presentaron hace unos días el documental ‘Bienes muebles perdidos y dispersos del monasterio cisterciense de Santa María de Santa Fe (Zaragoza)’, realizado con el apoyo de la DPZ.

«El archivo tuvo un patrimonio enorme, del que sabemos aún muy poco porque no se guarda documentación de como se dispersó –señala Giménez–. Además, en 1809 el monasterio se convirtió en cuartel de caballería del ejército francés y se quemaron muchísimas cosas. En el Archivo de Música de las Catedrales de Zaragoza hemos encontrado los cantorales del ‘scriptorium’; el Ayuntamiento de Zaragoza tiene un lienzo pintado con el escudo de un abad; en la parroquia de Cuarte se guardan sendos cuadros que representan a ‘San Benito’ y ‘San Bernardo’; y en la parroquia de Cadrete acabaron una talla de María Magdalena y un Cristo que estaba en el claustro».

Deja un comentario